Muchos sistemas biológicos son prácticamente óptimos para las funciones que realizan. Es el caso del sistema nervioso que, según observo Santiago Ramón y Cajal, está optimizado para utilizar la mínima cantidad de cable posible, ahorrando así costes y espacio. En la evolución de los seres vivos, sin embargo, también intervienen factores aleatorios que pueden impedir la optimización completa del sistema ¿Es posible predecir esas desviaciones? Un trabajo de investigación del CSIC ha elaborado una fórmula, publicada en el último número de la revista PNAS.
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